ISO 37003: Evaluar y mejorar el FCMS

Juan Ignacio Ruiz Zorrilla,

Un sistema de gestión antifraude no puede considerarse estático ni definitivo. La ISO 37003 dedica sus secciones finales a un aspecto decisivo: comprobar si el sistema funciona correctamente y garantizar que evoluciona con la organización y su entorno. La clave está en la evaluación del desempeño, la revisión periódica y la mejora continua.

El primer paso consiste en definir cómo se medirá  la eficacia del sistema. La norma recomienda establecer indicadores, métodos de evaluación y una frecuencia adecuada para el seguimiento. Los resultados deben analizarse con regularidad, conservarse como evidencia y servir como base para confirmar que el FCMS cumple con sus objetivos y es eficaz en la práctica.

Las auditorías internas y externas complementan  este proceso de evaluación y, en muchos aspectos, siguen principios similares. Ambas requieren programas planificados que definan criterios, frecuencia, métodos, responsabilidades y reporte de resultados. Las auditorías internas verifican controles, eficacia y conformidad con la norma dentro de la organización, mientras que las externas aportan un nivel adicional de independencia y objetividad. La colaboración proactiva con los auditores externos facilita un examen más completo. Juntas proporcionan una garantía sólida y refuerzan la confianza en la efectividad del FCMS.

La alta dirección también tiene un rol central. Debe revisar el sistema de forma planificada para confirmar su idoneidad, adecuación y eficacia. Estas revisiones consideran el estado de acciones previas, cambios de contexto, expectativas de partes interesadas y resultados de auditorías, reportes, deficiencias y acciones correctivas. Los hallazgos deben documentarse y traducirse en decisiones estratégicas orientadas a la mejora continua.

Cuando aparecen deficiencias, la respuesta debe  ser integral: corregir de inmediato, gestionar las consecuencias, analizar causas, comprobar si existen fallos similares y verificar la eficacia de las acciones correctivas. En algunos casos será necesario ajustar el propio FCMS. Cada paso debe documentarse como evidencia, transformando los hallazgos en oportunidades de aprendizaje y fortalecimiento.

En definitiva, la norma recuerda que la mejora  continua no es opcional, sino el pilar que asegura la idoneidad y eficacia del  sistema antifraude a lo largo del tiempo.

Este artículo acompaña al  Episodio 10 de la serie de videos sobre la ISO 37003, que publicamos en el  canal de YouTube de la Asociación ICPF. Todos los episodios de la serie tienen  un artículo complementario disponible en nuestra página web.
  Mire el video aquí: https://youtu.be/S9Gl6VePUhA?si=wf3KJyi281kv9hkW
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